La violencia contra mujeres y niñas es un problema que nos atañe a todos.
Cada mujer y cada niña tiene derecho a vivir libre de violencia, discriminación, intimidaciones y abusos.
Sin embargo, hoy en día la violencia niega este derecho a millones de mujeres y niñas de todo el mundo. La violencia contra las mujeres y las niñas continúa siendo una de las violaciones más persistentes, sistemáticas y generalizadas de los derechos humanos.
Solamente 4% de la cobertura deportiva dedican los medios de comunicación a las deportistas.
fuente: UNESCO
Nada menos que una de cada tres mujeres en el mundo ha sufrido violencia física o sexual en algún momento de su vida.
fuente: WHO
Se entiende por violencia sexual todo acto sexual, intento de perpetrar un acto sexual, comentario sexual no deseado o insinuación sexual hacia la sexualidad de una persona, mediante coacción, por parte de otra persona, independientemente de su relación con la víctima, en cualquier entorno.
Casi la mitad de las agresiones sexuales se cometen contra chicas menores de 16 años.
Si las mujeres ganaran lo mismo que los hombres por realizar el mismo trabajo, se produciría un incremento de la riqueza mundial de €136 billones.
fuente: BANCO MUNDIAL
Actualmente, en casi todos los países del mundo las mujeres deben vencer obstáculos para participar plenamente en la fuerza laboral y obtener la misma remuneración que los hombres. El informe señala que los programas y las políticas que facilitan a las mujeres la obtención de empleo, el acceso a infraestructura básica y servicios financieros, así como el control de la tierra, pueden ayudar a lograr la igualdad de género en los ingresos.
El 70 % de las víctimas de la trata de personas son mujeres y niñas; 3 de cada 4 niñas y mujeres víctimas de la trata son explotadas sexualmente.
fuente: UNODC
La trata de personas consiste en la adquisición y explotación de personas mediante la fuerza, el fraude o el engaño.
Esta práctica atrapa a millones de mujeres y niñas, muchas de las cuales son explotadas sexualmente.
¿Por qué sucede?
La violencia contra las mujeres y las niñas hunde sus raíces en la desigualdad estructural en las relaciones de poder entre hombres y mujeres. Las perniciosas normas sociales y de género establecidas determinan que las mujeres y las niñas son menos valiosas que sus homólogos masculinos, y perpetúan el control masculino y la idea de que las mujeres y las niñas están bajo su poder.
La violencia contra las mujeres y las niñas puede producirse contra cualquier persona, en cualquier momento, en cualquier lugar. Persiste en todos los países y puede suceder en la esfera pública o privada, independientemente de la edad, educación o situación socioeconómica. No hay nada que la justifique y la culpa nunca es de la víctima.
¿Qué repercusiones tiene?
La violencia niega a las mujeres y a las niñas su derecho a desarrollar todo su potencial y vivir la vida que ellas elijan. Tiene consecuencias físicas, sexuales y mentales a corto y largo plazo, e impide a chicas y mujeres participar plenamente en la sociedad.
El empoderamiento y la igualdad de oportunidades de mujeres y niñas, en un clima sin violencia, les permite disfrutar de sus derechos y fomentar el desarrollo sostenible, tanto para ellas como para su familia, entorno y país.
¿Cómo podemos erradicarla?
Erradicar la violencia contra las mujeres y las niñas a largo plazo es una tarea complicada. Requiere intervenciones intersectoriales y a todos los niveles para abordar la desigualdad de género, profundamente arraigada, que la provoca.
No obstante, es posible acabar con ella, y cada uno tiene que desempeñar un papel. Tanto a nivel individual como colectivo, debemos convertirnos en espectadores positivos, defender los derechos de las mujeres y niñas, y rechazar abiertamente la discriminación y los abusos.
Al denunciar comportamientos y actitudes perjudiciales, desafiaremos las normas y desigualdades arraigadas que perpetúan la violencia.
La promoción de una masculinidad positiva, que consiste en ser amable, respetuoso y sensible, también contribuye a desencadenar un cambio cultural en el que ser hombre no signifique ser violento.
Estamos decididos a acabar con la violencia contra mujeres y niñas ahora. ¿Estás con nosotros? ¡Entonces comprométete y demuéstralo!
ComprométeteNecesitamos que todo el mundo ponga su granito de arena para acabar con la violencia contra las mujeres y niñas. ¡Ayuda a difundir el mensaje!
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Crea¿Has vivido situaciones de violencia, discriminación, intimidaciones o abusos? Tanto si has sufrido situaciones de violencia como si es otra persona la que te preocupa, hay muchos servicios disponibles para ayudarte.
Si eres joven, no olvides que puedes hablar con un(a) amigo/a o con un adulto de confianza sobre el tema. Además, puedes dirigirte a la organización infantil más cercana para buscar apoyo y asistencia adicionales.
Desafía la discriminación y la desigualdad que son la causa de la violencia contra las mujeres y las niñas. Sé un observador positivo y denuncia cuando las mujeres y las niñas no son tratadas con el mismo respeto.
Sensibiliza a tus amigos, familiares, compañeros de trabajo y miembros de tu comunidad. La violencia contra las mujeres y las niñas no tiene fronteras. Le puede pasar a cualquiera, en cualquier lugar y en cualquier momento. No hay nada que lo justifique y nunca es culpa de la víctima.
Ser un hombre no significa ser violento. Una masculinidad positiva incluye ser amable, respetuoso, emocional y no usar posiciones de poder o privilegio para hacer daño. Sigue el ejemplo de hombres y niños que defienden estos valores y ayudan a crear una nueva normalidad.
Ayuda o dona a organizaciones que ofrecen servicios a las víctimas y tómate el tiempo de escuchar las historias de las víctimas sin juzgarlas o darles consejos.
Ayuda a difundir el mensaje. Comparte tu compromiso y muéstrale al mundo que estás con nosotros. Porque su historia es nuestra historia.
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